Visión:
La visión, prosperidad y firmeza de la Iglesia Evangélica Emmanuel siempre ha sido sostener el fundamento del orden y la verdad. Una buena iglesia, un buen ministerio y sus líderes con una buena preparación espiritual van hacer buenas decisiones en bienestar de la unidad del cuerpo. Una visión se dirige a enseñar, afirmar y a establecer ministerios y líderes fieles e idóneos que funcionen de acuerdo a los principios bíblicos. Para esto es necesario desarrollar una estructura eclesiástica donde cada individuo o miembro se integre en la colaboración de diversos trabajos y todos puedan lograr el bienestar de un pueblo.
4 Leyes Espirituales
“Así como hay leyes naturales que rigen el universo, también hay leyes espirituales que rigen nuestra relación con Dios.”
PRIMERA LEY
Dios te ama, y tiene un Plan maravilloso para tu vida.
El Amor de Dios:
Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16
Cristo afirma:
Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Juan 10:10
¿Por qué la mayoría de las personas no están experimentando esta “vida en abundancia”?
SEGUNDA LEY
EL HOMBRE ES PECADOR Y ESTA SEPARADO DE DIOS; POR LO TANTO NO PUEDE CONOCER NI EXPERIMENTAR EL AMOR Y EL PLAN DE DIOS PARA SU VIDA.
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
Romanos 3:23
El hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero debido a su terca voluntad egoísta, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió. Esta voluntad egoísta caracterizada por una actitud de rebelión activa o indiferencia pasiva, es evidencia de lo que la Biblia llama pecado.
EL HOMBRE ESTA SEPARADO DE DIOS
“Porque la paga de pecado es muerte… Romanos 6:23
(muerte espiritual, separados de Dios).
…mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Romanos 6:23
Dios es Santo y el hombre pecador. Un gran abismo los separa. El hombre esta tratando continuamente de alcanzar a Dios y la vida en abundancia, y cruzar este abismo mediante sus propios esfuerzos: la religión, la moral, la filosofía, las buenas obras, etc., sin poder alcanzarlo.
La tercera ley nos da la única solución a este problema ….
TERCERA LEY
JESUCRISTO ES LA ÚNICA PROVISIÓN DE DIOS PARA EL PECADOR. SOLO EN EL PUEDES CONOCER Y EXPERIMENTAR EL AMOR Y EL PLAN DE DIOS PARA TU VIDA.
El murió en nuestro lugar.
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros”. Romanos 5:8
EL RESUCITÓ:
“Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado, y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a mas de quinientos… “.
1 Corintios 15:3-6
ÉL ES EL ÚNICO CAMINO PARA LLEGAR AL PADRE:
Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, si no es por Mi”.
Juan 14:6
Dios ha cruzado el abismo que nos separa de El, al enviar a su Hijo Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar. Alguien tiene que pagar por la deuda de nuestro pecado para que podamos obtener la libertad.
No es suficiente conocer estas tres leyes y aún aceptarlas intelectualmente.
CUARTA LEY
DEBEMOS INDIVIDUALMENTE RECIBIR A JESUCRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR PARA PODER CONOCER Y EXPERIMENTAR EL AMOR Y EL PLAN DE DIOS PARA NUESTRAS VIDAS.
Debemos Recibir a Cristo:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser Hijos de Dios”.
Juan 1:12
Recibimos a Cristo mediante la FE:
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”.
Efesios 2:8-9
TU PUEDES RECIBIR A CRISTO AHORA MISMO; INVÍTALO A TU VIDA, ÁBRELE A ÉL LA PUERTA DE TU CORAZÓN.
Cristo dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él….”
Apocalipsis 3:20
Puedes orar, hablarle a Dios de la siguiente manera:
“SEÑOR Jesucristo: Gracias porque me amas y hoy entiendo que te necesito. Te abro la puerta de mi vida y mi corazón, y te recibo como mi SEÑOR y SALVADOR. Ocupa el trono de mi vida. Hazme la persona que tu quieres que sea. Me arrepiento de haber andado a mi manera. Gracias por perdonar mis pecados y mi incredulidad. Sé que moriste por mi en la cruz, y que resucitaste al tercer día. Gracias por haber venido a mi vida y por escuchar mi oración según tu promesa. Ahora te confieso como Mi Señor.
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